De: Bertha Martínez [mailto:amureen@gmail.com]
El Salto Cuántico de la Conciencia Humana: cambio dimensional,
reestructuración del adn, reconstrucción del sistema nervioso y elevación de la
frecuencia celular.
Fuente desconocida. Publicamos este artículo por su
interés.
Sabio no es aquel que tiene su mente atiborrada de información.
La verdadera sabiduría consiste en poder ser felices en el mundo tal como es,
sin pretender acomodarlo como a nosotros nos gustaría que fuera. Tu paz interior
y tu felicidad dependen de aceptar que no puedes elegir lo que crees que debería
ser, pero que sí puedes escoger como quieres ver lo que ya tienes. Cuando juzgas
como buena o mala una situación confundes la realidad con tu interpretación de
ella. Entonces harás que la paz sea imposible para ti, porque tendrás tu mente
enfocada en conflictos. Y, por ley de correspondencia, conflictivas serán
también las experiencias que el mundo exterior te brinde.
El doctor Hans Jenny (1904-1972), médico y científico suizo,
estudió las relaciones entre materia y energía y, respaldado por una metodología
muy bien documentada, que puede ser reproducida en los laboratorios, construyó
el fundamento de una nueva ciencia, a la que llamó "Cimática" (Cymatics).
Catorce años de experimentación le llevaron a comprobar que el mayor o menor
grado de complejidad molecular y evolutiva de un ser depende de las frecuencias
de energía que reciba su cuerpo. Una dimensión es la amplitud determinada de
frecuencias vibratorias, que producen en la materia un diseño particular de
patrones biológicos. Cambia la frecuencia, y el cuerpo muta en forma
correspondiente. ¿Es eso lo que está ocurriendo entonces con la vida en la
Tierra, considerando que estamos siendo bombardeados por energías de altísima
frecuencia, procedentes del sol central galáctico?
Observemos algunos efectos inmediatos... ¿Has notado como el
tiempo se acelera cada día más? Ciertamente, parece transcurrir más rápido
porque nuestras células han acelerado su pulso, para adaptarse al incremento del
pulso de la Tierra (frecuencia Schumann). Y de la velocidad de ese pulso depende
nuestra percepción del tiempo. El tiempo se ha estado acelerando y continuará
haciéndolo en la medida en que nos aproximemos al momento crítico del cambio
dimensional. La llamada resonancia Schumann, o pulso de la Tierra, antes era una
constante de 7.8 hertzios, ahora ha subido a 12, y tendrá todavía que elevarse a
13 hertzios. Cuando alcance ese punto, llegará el umbral donde nos
estabilizaremos en una octava superior de frecuencia, y se iniciará para
nosotros otra etapa de la creación, en una realidad diferente. Créelo, o no,
ahora vives la transición, entre el tiempo lineal que bien conoces, y el
infinito del eterno "ahora".
¿Qué nos ocurre físicamente, cuando se elevan las frecuencias
de luz que recibimos? Igual que en los experimentos de Jenny, un ser vivo recibe
esta energía como nueva información, que molecularmente se codifica en el ADN y
lo transforma. El primer paso del cambio es hacia el caos, porque el modelo
anterior debe disolverse, antes de que se pueda manifestar lo nuevo. En el
siguiente paso los patrones se reorganizan en un orden más complejo, produciendo
organismos más perfectos. Si tú eres de aquellos preocupados porque tu energía
opera con muchos altibajos, a veces precipitándote en un estado de intensa
fatiga; y además oscilas emocionalmente entre la depresión y la euforia. ¡No, no
eres un psicópata bipolar! Simplemente todo tu cuerpo está tratando de afinarse
a las nuevas frecuencias de luz. Igual que cuando vas a captar una emisora de
radio, tienes que mover hacia adelante y hacia atrás la sintonía hasta captar el
punto exacto, así, ahora, oscilas de un estado a otro, hasta lograr un
equilibrio. Ese mismo proceso, físico y emocional, vuelve y fluctúa cada vez que
la frecuencia del planeta se eleva un grado más.
Muchas personas, jóvenes y viejas, están presentando fallas de
memoria. Esto se debe a la caída acelerada del campo magnético de la Tierra, que
produce ese efecto, porque el magnetismo es como el adherente que atrapa los
recuerdos. Para poder asimilar lo nuevo, el disco duro de nuestro computador
interno necesita ser apagado y luego encendido nuevamente. El nacimiento del ser
humano nuevo se dará en el momento en que el campo magnético de la Tierra
alcance el punto 0. Solo en esa circunstancia se hace posible completar la
re-configuración de todos nuestros patrones genéticos, y hacerlos aptos para la
vida en una dimensión más elevada. La remodelación del ADN produce oleadas de
fatiga y dolor. Hay un período agudo, cuando las frecuencias más altas impactan
nuestro cuerpo, seguido de un tiempo más suave de asimilación. Durante el ciclo
agudo hay necesidad de dormir y descansar más. Hay que advertir que todos estos
síntomas son temporales, durarán mientras la Tierra completa su trabajo de
parto, y con ella pasaremos por un nuevo nacimiento a la quinta dimensión.
Si por ahora no puedes concentrarte en nada, comprende que tu
cuerpo se está adaptando a los cambios de la Tierra, y tu cerebro y tu sistema
nervioso están en reconstrucción. Es posible que los dolores del cuerpo se hayan
intensificado especialmente del lado derecho, y sientas una punzada permanente
en la base del cráneo, y en las caderas. Tal vez, sin causas médicas exista
molestia en las rodillas, las piernas y las articulaciones, y un calor interno
recorra tu cuerpo produciendo vibración y una sensación quemante. Si tu corazón
a veces acelera sus latidos sin razón. Felicitaciones, eso significa que ya
estás activando tu cuerpo de Luz.
El proceso es simple. Las frecuencias elevadas, que están
llegando a la Tierra, activan y aceleran la vibración de nuestras células, y
ellas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean. Esta
implosión despierta algunos códigos dormidos del ADN, y expande la información
nueva hacia los núcleos de otras células, las que también se activan. Así
nuestro cuerpo es el escenario de una re-configuración en cadena, que resultará
en una expansión de la conciencia, que es correspondiente con una forma material
más sutil y más perfecta. La mejor forma de comprender este proceso es tomando
en consideración que, a nivel molecular, el cuerpo físico contiene ondas de
energía que responden de inmediato a la interacción con frecuencias más
elevadas, adaptándonos a ellas haciendo cambios en nuestros patrones
biológicos.
La consciencia es aquella posibilidad de comprender el sentido
de la vida, según un determinado nivel de percepción, para los ciudadanos de la
Tierra, la interpretación de la realidad ha estado hasta ahora firmemente
anclada en la tercera dimensión, o capacidad de percibir solo una franja muy
estrecha de la creación (el 10%), que fluctúa entre las frecuencias superior al
infra-rojo y por debajo del ultra-violeta. Por eso el cerebro del ser humano,
que funciona como una caja de resonancia, ha activado solo ese 10% de su
capacidad; mientras duermen el 90% restante de sus posibilidades, porque
corresponden a frecuencias de otras dimensiones de luz, que no estamos afinados
todavía para experimentar.
Lo que define cuál ha de ser la matriz de consciencia de una
unidad, llámese planeta, o ser humano, es la energía de luz que estamos
capacitados para asimilar. En la tercera dimensión percibimos esa energía como
dos ondas con propiedades diferentes: electricidad y magnetismo. La porción
eléctrica provee la información de los códigos de creación, y la magnética es el
aspecto que los estabiliza. En esta forma las dos polaridades actúan
coordinadamente para mantener ese nivel de realidad.
Las frecuencias de luz se producen como pulsaciones, y el ritmo
de las mismas condiciona los ciclos. La Tierra, por ejemplo, es muy vulnerable a
las emisiones electromagnéticas de las explosiones solares que recibe cada once
años, cuando el sol completa un ciclo y pulsa. También existen ciclos
galácticos, y cuando uno de ellos termina, nuestro centro galáctico pulsa,
disparando energías de frecuencias electro-magnéticas altísimas, que cambian las
matrices de vida en toda la galaxia. Estas frecuencias viajan como ondas,
llevando paquetes de información nueva, que provocan un ordenamiento más
complejo en todos los niveles, desde el solar y planetario, hasta el molecular,
con el consiguiente salto quántico en la apertura de consciencia y la evolución
de la vida.
Si comprendemos esto, estaremos ubicándonos dentro de la
situación planetaria que vivimos actualmente. Sabemos que desde 1987se ha
incrementado en la Tierra el impacto de fotones de luz de altísima frecuencia,
procedentes del centro galáctico. También hay ya confirmación científica de que,
tal vez debido a este bombardeo de energía, algunas constantes planetarias, como
el magnetismo y la frecuencia Schumann, (pulsación de la Tierra), han estado
cambiando. De hecho estamos ya muy cerca de un acontecimiento espectacular, que
el ser humano no conoce: se calcula que, antes de finalizar el año 2012, el
magnetismo haya alcanzado el punto cero, y la resonancia base de la Tierra, o
frecuencia Schumann, haya subido de 7.8 a 13 Hz. En el momento crítico en que
esto suceda, tendremos la oportunidad de vivir un cambio dimensional que pondrá
fin a nuestras limitaciones como seres humanos.
El primer movimiento hacia establecer un nuevo orden es el
caos, y esto lo estamos experimentando ahora. Todos los paradigmas existentes: a
nivel del gobierno, las instituciones, las religiones y creencias, los sistemas
sociales, familiares, de salud, etc. están resquebrajándose para finalmente
sucumbir. Paralelamente el clima, los elementos y la geología de la Tierra
también están convulsionados. Desde el 13 de abril del año 2002 la nueva matriz
de creación, o rejilla energética, está ya completa, y gracias a eso, la nueva
información puede fluir, despertando la afinidad de quienes estén listos para
asumir su destino como seres humanos mas completos.
Al entrar nuevas energías a la Tierra, se afectan los sistemas
políticos, sociales, económicos y de creencias. Es por lo tanto una información
nueva, con experiencias vibratorias diferentes, incluyendo además, nuevos
paradigmas geológicos y climáticos. Todos los calendarios: Mayas, Tibetanos,
Chinos, Egipcios, etc., coinciden en que, en la época en que vivimos hoy, se
dará un cambio definitivo en la VIDA DE LA TIERRA. Es pues este tiempo, único en
la historia de la humanidad.
Si tú deseas participar en esta aventura más allá de ti mismo,
hay un cambio de configuración que debes hacer, para conectarte con la amplitud
de onda que incluye a toda la creación. La nueva configuración es la apertura
hacia el espíritu, reconectarse con nuestra verdadera naturaleza como seres de
luz, que además sirve como frecuencia de acceso a la supervivencia.
Vivimos ahora los tiempos de un gran cambio, un salto cuántico
a nivel de la conciencia colectiva como especie humana. La selección que hace
cada uno y a nivel global, para nadar con la marea cósmica del cambio, o, en
contra de ella, luchando inútilmente por la preservación de modelos anteriores
ya caducos. El siguiente paso que viviremos, es el despertar cósmico que
experimentaran nuestras células y códigos genéticos, cuando consigan afinarse al
nuevo código de creación, y cantar la canción de unidad con todo el universo, en
ese momento tanto la humanidad como nuestro planeta, dejaran de estar en riesgo
de extinción.
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